domingo, 29 de enero de 2012

El Papus

La revista llamada “El Papus”, y subtitulada “revista satírica y neurasténica”, fue fundada el 20 de octubre de 1973 en Barcelona (1973-1987) por un grupo de jóvenes que a través de ésta ridiculizaban los símbolos del franquismo.   
Acerca del formato de la revista –la cual alcanzó a ser la más leída de la Transición (TVE, 2007)-  hay que mencionar que a lo largo de su historia, varió cuatro veces: 25 x 32,5 cm., 26 x 24 cm., 25,5 x 33,5 cm. y 23, 5 x 31 cm. También es de destacar que al comienzo, esta revista tenía 32 páginas, pero posteriormente alcanzó a tener 40 en total. Poco a poco, la parte gráfica, con páginas completas llenas de caricaturas y cómics, se impuso al texto, dejando a éste en un segundo plano.    
   Por otro lado, esta revista –una de las publicaciones más vanguardistas de la historia de España- hasta la publicación del número 45, perteneció a Elf Ediciones, y a partir de entonces a Ediciones Amaika S.A. Según el control de la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD), en los primeros años, “El Papus” tuvo 115.000 publicaciones, y el punto máximo a lo que alcanzó fue con una tirada útil de 400.000 en marzo de 1976 –un año y medio antes de recibir el paquete-bomba-, y una difusión total de 230.000 aproximadamente. A pesar de que en los veranos de 1978 y 1979, tuviese 62.000 publicaciones, a partir de 1976 comenzó el declive de la revista “El Papus”, según Ciberniz.  
   Esta revista semanal –en 1986 comenzó a publicarse mensualmente- trataba un tema sociopolítico en auge del momento, como por ejemplo: la emigración, los derechos de la mujer, la contaminación, etc. Existía otra sección llamada “La Papunovela” que consistía en un fotocollage a todo color que contenía un tema general de la semana.



    Una de las principales características de la revista “El Papus” –crítica con todo y con todos- es que se atrevía a contar todo lo que los demás medios de comunicación no lo hacían, y la manera en la que lo hacía. Incluso llegaba a atacar, con un humor negro, salvaje, anarquista y brutal, contra las consideradas lacras de la época: la policía, la religión, la represión, entre otros. Nadie fue tan lejos, ni iría después. Por ello mismo, se ganó muchos amigos pero también enemigos y empezó a recibir amenazas de muerte.
   Hasta el martes 20 de septiembre de 1977, cuando supuestamente unos jóvenes entregaron al portero del edificio, Joan Peñalver Sandoval, un maletín, el cual estalló en el rellano de la revista “El Papus”, y la redacción –objetivo principal del atentado-, resultó indemne (TVE, 2011). Según Ciberniz, además de Joan Peñalver, quien resultó muerto, otros diecisiete trabajadores resultaron heridos, y se produjo un gran número de daños materiales. El atentado fue reivindicado por la banda ultraderechista “Triple A”. Pero tras celebrarse el proceso judicial –el cual duró seis años-, nadie fue condenado, no se pagó indemnización a la editorial, ni se reconoció el caso como <acción terrorista>, y la muerte del portero y las heridas se declararon como <accidente laboral>.
   A pesar de ello, la revista “El Papus” –dirigido por Xavier de Echarri Moltó-, continuó con su carrera dos lustros más, y lo que no lo habían logrado los fascistas, lograron los intelectuales con su desencanto y el mercado a través del desentendimiento de éste, cerrando la revista.

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